Gracias al desarrollo de las redes sociales como escenario de mercadeo, los concursos digitales por likes se han convertido recientemente en una práctica muy común entre las empresas medianas y pequeñas. Sin embargo, lo que a simple vista parece una buena idea puede terminar convertido en un dolor de cabeza para su compañía. ¿Pero, por qué razón?
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de hablar de los concursos por likes es que no están bien regulados por la ley colombiana. En nuestro país, Coljuegos es la entidad gubernamental encargada de vigilar los juegos de azar como rifas, loterías o programas de concursos; pero no tiene jurisdicción sobre los concursos que dependan de la habilidad del concursante. Conseguir una determinada cantidad de likes o interacciones en una publicación en redes sociales depende más del mérito, la acción y la popularidad de los participantes que de la suerte o el azar en sí, así que Coljuegos no tiene poder sobre estos concursos.
Por otra parte, la mayoría de los concursos por likes no suelen entregar grandes premios en efectivo, sino más bien experiencias o productos promocionados por la marca que los organiza. Al escapar de la regulación directa de las entidades estatales, los concursos por likes pueden ser fácilmente conducidos de manera tendenciosa o al menos irresponsable y en el fondo el público lo sabe o al menos lo sospecha. Esa es la primera señal de alerta que debe tener una compañía que quiera organizar concursos de este tipo.
El internauta latino tiende a emocionarse mucho, a esperanzarse más de la cuenta y automáticamente (cuando no gana) pasa del amor al odio
La segunda razón por la que hay que tener cuidado con estos concursos no es otra que la emoción de los concursantes. Lo que buscan las marcas al organizar concursos a través de las redes es exposición e interacción. Lo que buscan los participantes es una sola cosa: ganar. Hay que recordar que los participantes están poniendo sus expectativas, sus deseos y sus emociones en juego y muy probablemente esas emociones experimentadas (deseo, ilusión, satisfacción para el ganador y decepción para los perdedores) van a estar por siempre asociadas inconscientemente con la marca organizadora. El internauta latino tiende a emocionarse mucho, a esperanzarse más de la cuenta y automáticamente (cuando no gana) pasa del amor al odio y es por esta razón que cualquier concurso por likes es una bomba de tiempo.
Aunque mencionamos anteriormente que todos los concursos por likes son concursos de mérito (porque requieren de una determinada cantidad de acciones y habilidades por parte del participante) también es necesario aclarar que existen diferencias entre los concursos que califican la habilidad artística y los concursos que califican la popularidad. Tomemos por ejemplo el típico concurso en el que un empresario convoca bandas o artistas a través de Facebook para encontrar el telonero que abra un show de un artista internacional que visita el país. Si este es un concurso por mérito artístico, el empresario deberá contar con un grupo de personas expertas en la materia que evalúen el material enviado por los artistas para escoger el telonero del show.
Por el contrario, si el empresario va a entregar el cupo para abrir el show del artista internacional con base en la cantidad de likes o interacciones conseguidas, no estará escogiendo al telonero por mérito artístico sino por su popularidad. Sucede lo mismo con concursos en los que se premia la mejor fotografía, el mejor corto, el mejor pie de foto (o caption); estos deberían ser concursos en los que se evalúe el mérito artístico, el ingenio, o las habilidades creativas del participante y no la cantidad de interacciones recibidas. Lo que se está propiciando al hacer lo contrario, son las condiciones ideales para que el típico artista mediocre con un ejército de seguidores comprometidos se gane las convocatorias, y la marca o el empresario se queden con la mala fama o la percepción negativa no solo de los artistas que participan, sino también de las personas que votan e invierten su tiempo convenciendo a otros de que voten por su artista favorito.
Por ende, la cuarta situación con la que el empresario debe tener cautela a la hora de organizar un concurso por likes es la claridad en las bases del concurso. Siempre será necesario dejar claro cuál es la mecánica del concurso, cómo se entregará el premio, quiénes serán las personas encargadas de tomar la decisión y cuáles serán las garantías que los organizadores ofrecerán a los participantes.
¿Qué tanto está dispuesta su compañía a veririficar si los likes obtenidos por los participantes en su concurso son reales o ficticios? ¿Van a ser toleradas o permitidas este tipo de prácticas en su concurso?
La compra de likes y seguidores es una práctica común en la actualidad. Existen infinidad de empresas que ofrecen seguidores ficticios o reales, así como interacciones con determinadas publicaciones para aumentar los números de las cuentas y las personas en redes sociales. Sabiendo que existe todo un mercado de interacciones en redes, surge otra bandera de alarma con relación a los concursos por likes: ¿Qué tanto está dispuesta su compañía a veririficar si los likes obtenidos por los participantes en su concurso son reales o ficticios? ¿Van a ser toleradas o permitidas este tipo de prácticas en su concurso? La claridad en las políticas o las bases del concurso debe también tocar este tema.
Otra de las cosas que hay que tener en cuenta para que su marca salga bien librada de un concurso por likes, es que el premio compense el esfuerzo de los participantes. Recientemente conocimos el caso de una empresa de turismo con buses de Medellín que está organizando un concurso por likes en el cual se premiará con una publicación en su blog y tiquetes para un paseo por la ciudad a la serie de fotografías más popular, que muestre la mejor cara de la capital antioqueña. Dentro de las reglas del concurso, la empresa solicita la cesión total de los derechos de las fotografías de los participantes. Son muchos los blogs y las organizaciones de fotógrafos que se han manifestado en contra de esta compañía de turismo, argumentando que la cesión total de derechos de las fotografías es un precio muy alto que se debe pagar para participar en un concurso en el que el premio es comparativamente muy pequeño.
En palabras más simples, no vale la pena recorrer Medellín tomando fotos y regalar las fotografías tomadas para recibir como premio un paseo en bus por la ciudad. Su marca debe ofrecer premios que motiven a los concursante, no que lo hagan quedar mal como empresario frente a un gremio o a su público objetivo.
En resumen, los concursos por likes son un arma de doble filo y por tratar de conseguir nuevos seguidores y mayor interacción en línea, su compañía corre el riesgo de quedar mal ante un público valioso.
En Aguirre & Pregoneros podemos ayudarlo a desarrollar buenas estrategias de exposición de su marca en redes, que no pongan en peligro el nombre de su empresa y que lo lleven a conectar con el público indicado. Si desea más información o quiere agendar una cita, contáctenos: